Desde el indómito desfiladero de Salzachöfen, Austria, pasando por las minas de sal más antiguas del mundo en Hallein, hasta Eisriesenwelt, la mayor cueva de hielo del mundo, se ocultan las Cascadas de Gollinger. Inmersas en Tennengau, Salzburgo, estas joyas naturales surge del vientre de la cueva Schwarzbachfall, desplegando sus aguas en dos impresionantes saltos que suman 75 metros de caída. Protegidas desde 1985, su espectáculo de pura fuerza y delicadeza se reinventa en cada estación, ya sea envueltas en la fresca sinfonía de la primavera o en el silencioso abrazo helado del invierno.
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